Sueños, amor y reflexiones de Yolanda Bueno

miércoles, 28 de octubre de 2015

SIN LATIDOS

Si pudiera abrirme las venas de las muñecas
con el cuchillo de tus silencios,
brotarían a borbotones
por la aorta de mis sentimientos
cada palabra que me dijiste
cada verso que me enviaste
y harían un reguero cálido
hasta llegar a las puntas de mis dedos
desde donde gota a gota
se irían soltando
desprendiéndose
hasta estallar contra este camino
que pisan mis pies.

                                                                               Y al irme vaciando de ti, y contigo
                                                                                               el calor que mantiene vivo mi cuerpo
Envuelta en el pelaje de la comisura de los labios de estos caminos, donde se esconden los besos de mi serlo sentiría irse quedando
cada vez mas tibio
cada vez mas frío...
Me desplomaría en el charco
que han formado los latidos
de ese "quiero y siento"
que me dijiste un día
y que provoco que mi corazón
escapase de mi pecho
para encontrar tu domicilio,
pero no contó con la aventura
tan peligrosa
que resultaría quererte
y a pesar de que la espalda
de tus silencios
lo dejo tiritando de frío
no ha dejado de amarte
ni un solo instante
porque me cuenta al oído
las noches de luna nueva
que no puede cambiar
sus sentimientos
y no llora, siempre
tiene una sonrisa
en sus labios amoratados.

Casi tengo los ojos cerrados
no tengo tono muscular
las fuerzas me abandonan
y solo siento una tremenda calma
un silencio infinito,
las zarpas de la vida
dejan de arañarme
y empiezo a sentir escalofríos
y me siento ligera,
un peso pluma
sumiéndome en un sueño
del que cada vez
me voy sintiendo más presa...
Pero al cerrar los ojos completamente
para abandonarme al coma de la muerte
me veo en el cristalino de mis ojos
soy una hermosa Catrina
y un corazón negro, surca mi frente
y como cada noche, cuando cierro los ojos
apareces TU, para llevarme contigo
y susurrarme las cosas que jamas te atreves
a decirme cuando los tengo abiertos
y comienzas a recitarme 
el primer poema que me hizo sospechar
que me querías
aunque después, me hicieras pensar
que habías olvidado mandármelo..
Y de tus ojos van cayendo
a mis muñecas heridas
tus palabras, hechas poesía
y letra a letra, gota a gota
van restableciendo mi pulso
voy sintiendo el calor
arropando mis venas
pero no puedo abrir los ojos,
aunque tampoco quiero...
Entonces, tocas mi frente
y el corazón dibujado en ella,
late en las palmas de tus manos
y puedo ver como
por los toboganes de sus curvas
saltan chiribitas
que hacen cosquillas al tuyo.
Acercas tu mano a mi pecho
y las chispas de ambos
abren una brecha
en el lado izquierdo de mis costillas
y mientras voy abriendo
los ojos de a poco a poco
escucho tu voz que me dice:

                    -No se te vaya a ocurrir morirte
Hay cosas que los ojos desnudan, aunque la boca se cosa a puntadasporque tú,
lograr hacer chiribitas
en los toboganes de las curvas
de mi corazón.
He recogido cada gota de tu sangre
vertida en el camino
y si alguna ha faltado
la he repuesto con la mía
porque tú
no eres una mas entre todas
tú, eres mi Catrina predilecta
así, que cada vez que cierres los ojos
vendré a buscarte, sin necesitarte
porque yo, ya te elegí, te preferí antaño
solo voy a pedirte que me des tiempo
a desprenderme de este miedo,
de esta hostil guerra 
que mantengo conmigo mismo
debido a la tiránica jerarquía
que me obliga
al imposible conflicto
de no querer sentir
cuando lo único inviable
es dejar de hacerlo,
masticando con los dientes
de las excusas del bocado
del deber tan amargo
de convertirte en la gran y dolorosa
mentira de mi vida,
sintiendo tus latidos dejando sin aliento
                                                                                                                                         a los mios, 
ya lo ves,
ni siquiera alejando de ti
estas lejos de mi, estoy aquí,
dentro de ti
porque vives en mi pensamiento
te escribes en mi mente
y te presiento en el corazón,
eres el estallido 
que ensordece mi razón,
la constelación de nuestro equinoccio
que comienza en Piscis y termina en Virgo.
Dame un momento de tus ojos
para contarte que necesito
sentirme digno de un corazón
tan valeroso como el tuyo

Escrito por Yolanda Bueno Melado el 18/10/15

martes, 20 de octubre de 2015

¿SABÉS?

Él  me dijo que yo era su manicomio
y yo quise responderle
que seria su bendita locura
cuando me di cuenta
de que la cuerda floja 
de su único "te quiero"
se lanzaba sin la red 
de la cordura
al vacío de mis oídos,
y lo sostuve 
en la brecha abierta de mi pecho,
haciéndole hueco
en todas mis dimensiones,
en cada una de mis definiciones.

Me corte la razón de cuajo... y...
Cualquier pálabra posee dos dedos de locura a este lado del olvido
    metí toda su sangre 
en la chistera de un mago
de donde cada noche,
cuando te duermes,
corren, todas mis caricias
y mis besos,
al encuentro de
tus manos y tu boca...

Me convertí en una loca,
y desde entonces,
ando desajustada en raciocinio,
y tengo sueltos, los tornillos y las arandelas
de los sentimientos.


En cualquier momento
me convertiré
en un puñado de chatarra
para este mundo,
pero esa baratija,
pendiente dilatador 
que destaca
 en los lóbulos de mis orejas
llamada locura,
es el bien mas preciado
que poseo. 



Escrito por Yolanda Bueno Melado el 20/10/15

martes, 6 de octubre de 2015

ME HABITAS

                                                                            
                                                                                        Y recorres mis entrañas, 
                                                                                             golpeándolas, 
                                                                                          llenándolas de, cardenales
El caos es ese detalle que soy y vulnerando los derechos del miedose bebe a besos mi infierno

haciendo erosiones en lo profundo, de las pieles de mi carne,
anestesiando mis defensas, arañandolas con lesiones indoloras,
haciéndole la guerra a mi sistema inmunitario
mientras matas en silencio a mis células.
      Tú, virus despiadado
que muerdes incondicional, la parte de mí,de la que te has apropiado
      Me habitas
como ese inquilino no esperado, y nunca deseado.
Me apaleas y te clavas en el núcleo de cada célula infectada
con tu capacidad para incorporar tu material genético
al mio
escondiéndote así, de mi sistema inmune
para de una forma retorcida, contaminar mi organismo
como la epidemia asintomatica, que eres
perserverando en tu actitud
de querer seguir dandome dentelladas a placer.
Y mientras el nitrato de plata, abrasaba con sus llamas gélidas
mis entrañas, dejándolas negras, para exterminarte
yo solo pensaba, que de todos los materiales posibles
había de ser este, el que mata a los hombres lobo
el elegido para cauterizar mis heridas,
y que esto me obligaría a encontrar cualquier excusa
para alejar de mi vida, al amor de mi vida
sabiendo, que si le doy un motivo para que me odie
soltará mi mano...
El olor a carne quemada, carbonizaba, todas mis palabras
pero no así, tu perversa intención,
                    virus,
de querer seguir sangrandome, como una sanguijuela.


He aprendido a llorar sin lágrimas, pero percibes mi dolor salado, virus
La falta de promesas es e comienzo de una gran historia

y esperas con beneplácito, el sabor metálico a sangre
que se desprende de mis pupilas, y aprovechando ese momento
de debilidad lames mis orillas, con tu lengua viperina
envenenándome, con tu letal saliba.
La lágrima de mi sonrisa, se rompe antes de tiempo
dejando seca la esperanza, de mis ojos
cada vez que escucho que
            Tú...Virus...
sigues mortificando, con tu presencia mi carne,
despedazandola, enfermandola.
Y las estaciones de la luna cambian
menguando, creciendo, despareciendo,
haciéndose llena, mientras los aullidos
de un lobo, con cuerdas vocales humanas,
son arrastradas como hojas, por las fauces del viento,
incendiando, con su paleta de sonidos, mi otoño de fuego.
Solo quiero ser capaz  de convercerme, de que yo
no soy por quien ese lobo, aulla
porque daría, mi pobre peso en oro
a cambio de pasar una sola noche
entre sus fieras caricias, entre los colmillos de sus besos
y sin embargo, sé, que debo alejar ese pensamiento de mí
y ahora no porque este hombre lobo
me diga que nuestro abrazo es inviable
sino porque para lo único que me falta coraje
es para hacer algo que a este lobo hombre
le haga daño y dentro de mí, hay una mordida
nefasta para él, y quien sabe si también, para mí.

Apostar, virus que me habitas por, quien de los dos
ganará este duelo, es algo que desconozco,
pero puedo asegurarte,
que si le he plantado cara, a la vida
no me va a faltar valor, para plantársela, a la muerte
porque no le tengo miedo, ni a la una, ni a la otra.


Escrito por Yolanda Bueno Melado el 04/10/15

viernes, 2 de octubre de 2015

DÉJAME

                                                                                              No me pidas que no llore,
                                                                                          no coartes mi libertad
                                                                                             no me digas aquello que deben
                                                                                             hacer mis ojos
                                                                                            aquello que deben sentir.
Mis sentimientos son fieros
y si se calzan las botas de la ternura
a escondidas del enojo
y miran de frente a esta soledad
que solo a mi me pertenece,
no me importará que la humanidad
vea en el caudal de mis lágrimas
debilidad o cobardía
tan solo son agua salada
dejando hendiduras,
heridas en carne viva que escuecen
allá donde casi nadie sabe mirar
formando rosarios
con el agua de cristal
que de rodillas reza
sobre las pestañas de mi dolor,
ese dolor
que a nadie quiero que importe,
ni del que quiero nadie sea consciente,
que nadie quiero conozca
porque solo a mi me pertenece
igual que a mi me corresponde
recoger su guante blanco de espinas
con el que me reta y que
que arrastro en pago
a una oscura condena


 ensartandome con sus esquirlas espinadas
apuntalando mi alma
eligiéndome con sus alfileres de amargura para atravesarme,
tocandome con su ojo de huracán
para engullirme