Sueños, amor y reflexiones de Yolanda Bueno

martes, 15 de septiembre de 2015

QUIERO CONTARTE EN SEPTIEMBRE


Cada noche de luna llena abro la ventana de mi habitación de par en par
y acurruco a mi cuerpo en el saliente de esta,
 abarcando con el abrazo de mis manos a mis piernas
 dejando a la luna acunarse en el hueco de mis ojos,
 sin que mis labios pronuncien palabra alguna.
Hay un momento  impreciso
 en que las compuertas del agujero que son mis pupilas se abren,
 y la catarata de colores que refleja la la luna en mis iris
 van cayendo a mi regazo en torrencial casacada de templados dorados
 salpicandome de puntos de luz que refulgen en mieles,
 más no veo boca, nariz ni ojos en ella,
 pero se que me mira, que me respira, que me habla,
 mientras voy sintiendo como el contacto de mi piel, mis huesos, mi carne,
 con la materia de la que ella esta hecha
 se vuelve un espacio indeterminado que nos pertenece solo a nosotras dos,
un mapa donde mi pensamiento y su piel de plata están conectados.


 A sorbos cortos y lentos
 soy engullida, tragada, absorbida por su esfericidad
donde soy trazos, pinceladas,esbozos,
 lineas de mi misma,
 que se sumergen en su cornea
y echándome a rodar
 por los colores cálidos
 del interior de ese ojo desnudo
 que se deja vestir por mi cuerpo
        le descubro
 la esencia de los mios
 mientras soy conducida
 al núcleo de su retina
continente de imaginacion inagotable
 donde por fin nos mezclamos.

Y la sensacion de vértigo se apodera del estomago de mi mente
 cuando se eleva más y más alto alzándose majestuosa
 sobre ese firmamento de estrellas del que es protagonista
 llevándome en sus entrañas,
sosteniendo entre sus brazos los pies descalzos  de mi confianza
y me esparzo a borbotones,
 en un aparente desorden por cada  uno de sus rincones
 y soy reconocida por mi olor
 y me siento atada
 a ese universo sin atmósfera, liquido, acuoso
 en el que estoy sumergida,envuelta, protegida de toda lesión externa,
 soy, un embrión dentro de la luna
 y ella amortigua cualquier golpe o movimiento súbito
 permitiendo mi libre movimiento por toda su geografía y
 manteniéndome a una temperatura estable,
 me reconozco sustancia,
 partícula con movilidad superior a cualquier solido,
 sin forma propia, determinada
 pero de volumen fijo
 distribuyéndome en el vientre
 en que se ha convertido para acogerme,
 adaptandome a su forma.


El tiempo, las horas, los minutos, los segundos
 no existen en las coordenadas donde me encuentro,
 y mi memoria ha olvidado su sonido,
 ha perdido las palabras,
ha encontrado las huellas,
mi memoria es presente
 cuando el disparo
 de una forma de mirar descomunalmente animal
por la que me siento inmediatamente atraída, imantada, magnetizada
 me atraviesa con la dentelleda de la ternura.





El dueño de esos ojos
se encuentra acurrucado
en el saliente de la ventana
abierta de par en par
de una habitación,
y se abraza con las manos
 las piernas
mientras deja acunarse
      al astro
en el hueco de sus ojos,
sin que de su boca
salga palabra alguna.
En un momento impreciso
      la luna
con su catarata de colores
se deja caer en el regazo
de esas pupilas
dejandose aspirar,
queriendo dulcificar
la oscuridad del lamento
que los araña
con sus templados dorados y
los salpica
 con sus puntos de luz
para hacer refulgir en mieles
la amargura que contienen.
         La luna rompe aguas y me da a luz dentro de la lágrima de estos ojos
                          mientras yo soy capaz de verla al otro lado del lugar donde me ha expulsado
 e inmediatamente me reconozco sustancia,
          el alimento que necesitan las células de esas corneas para no morir
            y les doy el oxigeno que insufla vida a mis pulmones recién nacidos,
         toco con la yema de mi cuerpo los iris de oro negro en los que nado
 y elevo el tacto de la ternura a la máxima potencia
     para que mis caricias sean entendidas como el gesto inigualable
 de querer paliar ese lamento que sale de las gateras
  que forman las pupilas en medio de ese par de iris
donde mi esencia se columpia y se balancea
 impulsándose, hasta que de un salto mortal
 atravieso esos iris como si fueran membranas
 yendo a parar al océano del humor acuoso y vítreo
 que recubre al cristalino.
 Mas en este fluido que los sustenta, se desatan mis instintos
yendo tras el alarido de un pesar, que desordenado busca
 a la amada
que le provoca tales hieles
 y multiplico hasta el infinito la ternura contenida en los vértice de mi carne
 atravesando las cortinas arañadas del ulular de ese susurro
 que grita en el cuerpo diáfano profundo, intimo y privado de esas retinas
 y ya aquí,
 soy un remolino de mimos,llenandome de ellas, perfumandolas de mi,
 deseando consolar, aliviar,confortar la desolación
 a golpe de besos,
rompiéndome en caricias,
desangrándome en abrazos,
y soy costura, lectura, gota, detalle, tejido
 dentro de mis caricias,de mis besos de mis abrazos
 que envuelven, que protegen
 al habitáculo donde me encuentro
 que se torna de un color rosado


y soy dulce y suave
mientras me  regalo
 a esas retinas,
desprendiéndome de mi misma,
 arrancándome los sentimientos que me provocan,
legandoles mis ojos
sabiendo que siempre
 perteneceré a este lugar
 porque de golpe comprendo
 que soy la dueña de esas hieles,
 de esos lamentos,
de esa amargura,
ahora escucho con nitidez
 a los colores de tus ojos
 llamarme en las noches
 de luna llena,
 he reconocido el sonido de tu aullido, reclamandome, conduciéndome
 de una forma inconsciente
 al lugar que yo eligiese
 de todo tu cuerpo,
 He comprendido de golpe que soy tu amada,
 pero no imaginaste que yo no querría estar donde
 las demás reclaman su trono que es tu corazón.
yo quiero estar en tus retinas,
 porque es la porción anatómica del cuerpo humano
 que posee mas terminaciones nerviosas sensoriales,
y aquí
 ser la princesa de tus silencios,
 la guardiana de tus palabras,
 la tumba para tus secretos....


 -Ahora debo despedirme, la luna me espera, tengo que partir,
 ambas tenemos acuerdos que no puedo desvelarte
 y sé que ella los tiene contigo, pero antes de marcharme
                         quiero contarte
 que siento una debilidad especial por el mes de Septiembre
 porque el es el comienzo del otoño que es mi estación favorita,
las noches son mas largas y puedo estar más tiempo en mi lugar predilecto de ti,
 la cueva de tus retinas
donde no hay paredes, ni muros,ni columnas,
                          porque aquí,
 la entrega que ambos hacemos del uno al otro y viceversa
 es transparente y cristalina
                          porque aquí,
en la la alcoba del cuerpo donde más se siente
 no cabe otro tipo de entrega,
aquí no eres inexpunable,
 aquí solo eres, queriendo ser conmigo....
                                                Hasta la próxima luna llena, amado Lobo.

-Hasta entonces, querida mia.


Escrito por Yolanda Bueno Melado el 12/08/15

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